domingo, 16 de enero de 2011

Qué es el Desarrollo Infantil ? Qué ocurre a los 18 meses?

Desarrollo Infantil

[1] Para una mejor idea de lo que se quiere decir con “trastorno del desarrollo”, sería importante discurrir un poco más sobre lo que se podría entender por “desarrollo”. Una persona normal, por lo tanto, desarrollada y como se encuentra aquí y ahora, obedece invariablemente a la
siguiente fórmula biosociológica:           Fenotipo = Genotipo + Entorno.


Esa fórmula significa que somos ahora (fenotipo), una sumatoria de lo que trajimos para el mundo por medio de nuestros genes (genotipo), con lo que el mundo nos dio (entorno). Así, debemos buscar en el cierne del individuo, considerado en su totalidad única, la mezcla enigmática del innato con lo adquirido, del biológico con lo ambiental y/o, finalmente, de la persona con su cultura. [1] Somos la suma de nuestros genes y del ambiente

Profundizando un poco más....
[3] El desarrollo infantil es fruto de la interacción entre factores genéticos y factores ambientales:
  • La base genética, específica de cada persona, establece unas capacidades propias de desarrollo y hasta el momento no nos es posible modificarla.
  • Los factores ambientales van a modular o incluso a determinar la posibilidad de expresión o de latencia de algunas de las características genéticas. Estos factores son de orden biológico y de orden psicológico y social:
  1. Son factores ambientales de orden biológico el mantenimiento de la homeostasis, estado de salud, ausencia de factores de agresión al Sistema Nervioso, condiciones necesarias para una adecuada maduración.
  2. Son factores ambientales de orden psicológico y social la interacción del niño con su entorno, los vínculos afectivos que establece a partir del afecto y estabilidad en los cuidados que recibe, la percepción de cuanto le rodea (personas, imágenes, sonidos, movimiento…). Estas condiciones, que son necesidades básicas del ser humano, son determinantes en el desarrollo emocional, funciones comunicativas, conductas adaptativas y en la actitud ante el aprendizaje.

El sistema nervioso se encuentra en la primera infancia en una etapa de maduración y de importante plasticidad. La situación de maduración condiciona una mayor vulnerabilidad frente a las condiciones adversas del medio y las agresiones, por lo que cualquier causa que provoque una alteración en la normal adquisición de los hitos que son propios de los primeros estadios evolutivos puede poner en peligro el desarrollo armónico posterior, pero la plasticidad también dota al Sistema Nervioso de una mayor capacidad de recuperación y reorganización orgánica y funcional, que decrece de forma muy importante en los años posteriores.[3]

[1]En resumen, debemos entender por “desarrollo” los cambios sufridos por la persona a lo largo de su vida, resultantes de su interacción con el entorno. El entorno es, para el individuo, una fuente de estímulos de las más variadas naturalezas, estímulos que determinarán en el individuo una serie de interacciones y respuestas y éstas, finalmente, determinarán cambios significativos en el curso de su vida. Los estímulos, sean físicos, alimentares, sensoriales, cognitivos o emocionales, son necesarios para el cambio de la persona, cambio que se puede entender como “desarrollo”.[1]


[2]En este sentido, el estudio del desarrollo normal se impone como condición para una comprensión  profunda del autismo, y a su vez, el estudio del autismo nos proporciona una vía de acceso privilegiada para comprender mejor ciertas características del desarrollo humano, que quedan al descubierto en el autismo precisamente por su ausencia (Rivière,1997). [2]Para entender el autismo hay que conocer el desarrollo normal


Trastornos del desarrollo:
[3] El desarrollo es el proceso dinámico de interacción entre el organismo y el medio que da como resultado la maduración orgánica y funcional del sistema nervioso, el desarrollo de funciones psíquicas y la estructuración de la personalidad.
El trastorno del desarrollo debe considerarse como la desviación significativa del “curso” del desarrollo, como consecuencia de acontecimientos de salud o de relación que comprometen la evolución biológica, psicológica y social. Algunos retrasos en el desarrollo pueden compensarse o neutralizarse de forma espontánea, siendo a menudo la intervención la que determina la transitoriedad del trastorno.[3]

En general, las estadisticas dicen:
[6]En Estados Unidos se estima que entre un 1 y un 3% de los niños menores de 5 años presentan retraso del desarrollo; y que el 5-10% de la población pediátrica sufre alguna “discapacidad del desarrollo”. Si añadimos los problemas de comportamiento, resulta que el 12-16% de los niños padece problemas de desarrollo o de conducta y la prevalencia aumenta hasta el 16,8% si consideramos los 15 primeros años de edad. Es decir, en Norteamérica se diagnostican problemas del desarrollo y/o de comportamiento en 1 de cada 6 niños.
En España, la encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud realizada por el Instituto Nacional de Estadística en 1999 concluye que el 2,24% de niños de 0 a 6 años de edad tiene una limitación; el 2,5% de niños de esta edad tiene un trastorno del desarrollo que no va a derivar forzosamente en discapacidad y otro 2,5% de niños presenta riesgo biológico o social de padecer un trastorno.
Se prescinde en este trabajo del estudio pormenorizado de las discapacidades de los niños, alegando la dificultad que tiene su detección a estas edades.
De cualquier modo estas cifras nos sitúan ante más de un 7% de niños que precisan seguimiento y/o tratamiento en nuestras consultas. Puede, por tanto, deducirse que estamos ante un problema de salud infantil verdaderamente prevalente.[6]


Fuente: http://www.cdc.gov/ncbddd/Spanish/spdd.htm


Las alteraciones del desarrollo son mucho más comunes que lo que la mayoria pensamos




Que ocurre a los 18 meses?

[4] El momento en el que se evidencia más claramente el síndrome autista, es alrededor de los 18 meses, este periodo es considerado crítico en el desarrollo humano.

Piaget afirma que a esta edad comienza el desarrollo de la inteligencia representativa y simbólica.
En el área de lenguaje, aparecen las estructuras combinatorias, tiene lugar un profundo desarrollo fonológico; aparecen las primeras palabras, que suelen ser monosílabos reduplicados y palabras onomatopéyicas. Una característica del vocabulario infantil; son las llamadas palabras-frase, que dan nombre a la etapa: periodo holofrásico. A partir de los dieciocho meses se produce un considerable aumento de vocabulario, construye frases de dos elementos, se inicia una emergente gramática y la lengua adquiere nuevos usos.

Se inicia el juego de ficción que deriva del proceso de meta -representaciones que implica necesariamente, inferir estados mentales en el otro.
En términos neurobiológicos también suceden cambios importantes a nivel de sinapsis en muchas áreas del cerebro, proceso que se extiende hasta los 5 años.Alrededor de los 18 meses hay una explosion de cambios en el niño

En este periodo del desarrollo humano, los niños, despliegan capacidades de una enorme complejidad, y aparentemente sin ningún esfuerzo a través de interacciones naturales y espontáneas con las personas que los rodean. .Se genera la capacidad de compartir estados mentales. En palabras de Riviére, los niños se convierten en “mentalistas” cada vez más sagaces, de forma que a los 5 años poseen una teoría de la mente que les permite comprender el mundo mental de las otras personas aunque no coincida con el propio. Elaboran rápidamente competencias de ficción, que les capacitan para alejarse de las realidades adaptativas inmediatas, definiendo mundos simulados. Se hacen cada vez más diestros en el manejo de pautas de interacción social. “ingresan” en el mundo humano y se convierten en partícipes muy activos de una vida social.

Por lo tanto, resulta evidente que es justamente en este periodo cuando los niños y niñas con TEA, evidencian las características más devastadoras en términos de alteraciones sociales, comunicativas y conductuales, de modo que se puede afirmar con certeza que el trastorno autista es la consecuencia o resultado de un severo, profundo, penetrante, trastorno de procesos críticos del desarrollo, produciéndose una severa dificultad para construir o cimentar funciones sicológicas superiores.

Riviére afirma que el autismo es la “sombra” que deja en el desarrollo, la imposibilidad para constituir estas funciones psicológicas.

Entre los 18 meses y los 5 años, los niños con desarrollo normal, construyen rápidamente sistemas funcionales de conducta y actividad mental, que permiten definir un mundo de experiencia característicamente humano, que incorpora un mundo simbólico que se evidencia en representaciones lingüísticas.
Los recursos de comunicación ostensiva (7), lenguaje, habilidades de ficción, competencia simbólica, imitación, y articulación narrativa que llegan a desarrollar los niños hacia los 5 años son muy complejos. Les permiten aprender luego técnicas, símbolos y conocimientos que tienen un origen cultural.

Los niños con TEA al no poder desarrollar las competencias intersubjetivas secundarias tienen limitaciones para adquirir las llamadas funciones críticas de humanización y, como consecuencia, para aprender pautas culturales. Es imprescindible el uso de procedimientos específicos que ayuden a mejorar los procesos de interacción, comunicación y flexibilidad mental de las personas con autismo. Solo así será posible el logro de los objetivos de bienestar emocional, espontánea libertad de las conducta, autonomía personal, desarrollo comunicativo y cognitivo.
En definitiva en el trastorno autista el desarrollo ha seguido otras vías y en general encontramos distintos niveles de “alteración” que los sitúan dentro del llamado espectro autista. [4]

El psicologo Juan Martos, dice al respecto:
[5] Es de gran interés preguntarse el ¿por qué? de esta presentación tan peculiar del trastorno y, además, en un momento evolutivo como el que se ha reseñado. ¿Qué puede estar ocurriendo, desde finales del primer año de vida, en el desarrollo del niño tanto desde el punto de vista neurobiológico como psicológico para que se observe ese parón tan característico?.

En el desarrollo del niño normal y en un plano estrictamente psicológico, cuando el bebé humano ha construido mecanismos de intersubjetividad secundaria (Trevarthen el al, 1998) en los últimos meses del primer año de vida, cuando se han establecido las relaciones triangulares entre el mundo de los objetos, la madre y el bebé, cuando el bebé es capaz de coordinar esquemas de objetos (esquemas de acción) con esquemas para las personas (esquemas de interacción), en ese momento, se están esbozando desarrollos psicológicos cualitativamente muy importantes en el desarrollo humano y que van a experimentar una eclosión muy significativa en torno hacia los dieciocho meses.

¿Cuáles son esos desarrollos psicológicos?. En síntesis podríamos resumirlos en los siguientes:
(1) el comienzo de la inteligencia representativa y simbólica, el niño acaba de construir la inteligencia sensoriomotora y domina esquemas de conocimiento de carácter representativo y simbólico;
(2) el desarrollo de la auto conciencia y, por tanto, la posibilidad de evaluar la propia experiencia y en concreto la posibilidad de compartir la experiencia con el otro;
(3) las primeras estructuras combinatorias del lenguaje con inicio en la sintaxis y formas rudimentarias de "conversación". El niño normal en torno a esta edad ya domina un vocabulario de 3 a 50 palabras y produce "sobreextensiones" del significado. El lenguaje se utiliza fundamentalmente para comentar, pedir y obtener atención y
(4) el desarrollo de la actividad simbólica y el juego de ficción. Inicio en la actividad de metarrepresentación. El niño normal, hacia los 18 meses, realiza actos simbólicos frecuentes y un juego relacionado con las rutinas diarias.

Es altamente llamativo que cuando están emergiendo, desarrollándose y ampliándose todas esas funciones psicológicas tan relevantes en el desarrollo humano, es cuando los padres de niños con autismo tienen, en la mayor parte de los casos, una sospecha certera de que algo raro está ocurriendo con su hijo (véase la figura a continuación).


Desde el punto de vista neurobiológico también es altamente llamativo que desde finales del primer año de vida se produzca un incremento significativo de las conexiones neuronales entre lóbulos frontales, sistema límbico y zonas temporales (Rogers y Pennington, 1991).
Parece, por tanto, que el autismo puede relacionarse con una alteración en los mecanismos neurobiológicos (mecanismos que parecen implicar interrelaciones delicadas entre estructuras límbicas y áreas neocorticales de los lóbulos temporales y frontales) que constituyen el substrato del desarrollo de las capacidades que posibilitan la adquisición de funciones superiores (Riviére, 1998).[5]

Edad de detección no siempre es igual a Edad de aparición:
[7] Entre el 36 y el 55% de los padres de niños con autismo observan problemas en el primer año de vida, pero a menudo sólo retrospectivamente. Algunos niños tienen síntomas autistas bastante pronto, pero no reciben un diagnóstico o informe médico hasta los 2 o 3 años de edad. O los padres fallan a la hora de reconocer esos síntomas insidiosos o el médico u otro profesional descartan las preocupaciones parentales. Una pérdida aguda o subaguda del lenguaje es lo que probablemente más motiva a los padres a buscar ayuda médica, más que la aparición de anormalidades sociales.
Uno de los más difíciles problemas que entorpecen la mejor comprensión de la regresión autista y el TDI (trastorno desintegrativo de la infancia) implica diferenciar la "edad de aparición" de la "edad de reconocimiento" (Volkmar et al. , 1985). La evaluación retrospectiva de grabaciones domésticas en vídeo está ahora bien aceptada como una estrategia de investigación para identificar síntomas autistas tan pronto como a los 12 meses de edad..[7]



En todos los textos se puede leer que esta etapa, entre los 18 y 24 meses son cruciales en el desarrollo. Muchos padres relatan esa edad como la del comienzo de la perdida de destrezas ya adquiridas.
Tan sólo buscando en textos que no tengan que ver con TEA se evidencia la importancia de este período...Puede ser la explicación de porqué justo en ese momento hay importantes cambios en los niños que experimentan lo que llaman "regresión". No obstante hay que recordar que según varios autores, sólo el 25% de los TEA (en Trastorno Autista, Síndrome de Rett y Trastorno Desintegrativo Infantil, en su mayoría) cursa con regresión, y en el resto de los casos los sintomas se notan desde el nacimiento.


¿Será igualmente vital esa etapa del desarrollo para los que no experimentan la regresión o pérdida de sus habilidades?

Sólo resta recordar que aún son desconocidos cuales son los mecanismos por los cuales ocurren estas alteraciones ni las causas.-


FUENTES Consultadas:
[1] Associació per a l'Assistència Paidopsiquiàtrica del Barcelonès
http://www.centrelondres94.com/files/autismo_infantil.pdf
[2] Jornades de Foment de la Investigació .Dificultades diagnósticas en el autismo.presentación de un caso.
http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi3/dificult.pdf
[3] Definición de Atención Temprana, Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana (GAT), España
http://www.gat-atenciontemprana.org/1_AtencionTemprana/index.htm
[4]  http://escuelapukara.cl/wp-content/uploads/2010/07/Material-de-Apoyo-a-la-Presentaci%C3%B3n-Experiencias-innovadoras-en-la-Escuela-Pukara1.pdf
[5]  Autismo. Definición. Instrumentos de Evaluación y Diagnóstico. Juan Martos
http://www.cprceuta.es/Asesorias/ApoyoEducativo/ponencias%20inclusividad/Semana3/Autismo/AUTISMO.DEFINICION_INSTRUMENTOSEVALUACION_DIAGNOSTICO.pdf
[6] Importancia de la vigilancia del desarrollo psicomotor por el pediatra de Atención Primaria: revisión del tema y experiencia de seguimiento en una consulta en Navarra.
MJ. Álvarez Gómeza, J. Soria Aznarb, J. Galbe Sánchez-Venturac Grupo de Pediatría del Desarrollo de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Revista Pediatría de Atención Primaria Volumen XI. Número 41. Enero/marzo 2009
http://www.pap.es/files/1116-887-pdf/1002.pdf
[7]  Diagnóstico y la Detección Precoz de los Trastornos del Espectro Autista.
(Traducido por Pedro Luis Nieto del Rincón) Pauline A. Filipek et al
http://www.equipoiridia.es/Documentos/FILIPECK_ESP.pdf

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